lunes, 18 de febrero de 2008

Colectivos

Odio y detesto el transporte público, en especial los Colectivos, y parecería que ellos me odian a mí. Tengo demasiada mala suerte con ellos, uno cree que siempre que llega a la parada se esta yendo el colectivo bueno esto me pasa a mi SIEMPRE no se si estaré en una mala racha de un año, pero en el ultimo año era increíble, yo llegaba a la parada y a media cuadra se estaba yendo el colectivo y siempre son líneas de colectivo que no pasan nunca o son horarios en los que todas las líneas no pasan nunca.
En general tengo el placer de viajar en colectivos repletos de gente y es una gente muy particular que con los años que llevo utilizando este medio de transporte llegué a conocer:
Negro apoyador: Por lo general son personas de origen humilde que son especialistas en el transporte público ya que vienen de largos viajes en tren para luego tener otro largo viaje en colectivo y esta clase de pasajero del que la gente considera bisexual adquirió un extraño pasatiempo y habilidad que es el de apoyar a la gente sin discriminar su sexo o edad. Normalmente se pone atrás de sus victimas e incentivados por el vaivén del colectivo comienza con un incomodante rozamiento de su miembro con toda persona a su alrededor, esto es acompañado por una pervertida cara de lujuria y una pícara sonrisa provocando, un vano intento de alejarse de él, pero con su habilidad siempre obtiene una posición en el colectivo en el que encierra a sus víctimas.
Vieja Coqueta: Personas de clase media y de edad avanzada que por razones varias usan el transporte público. Muchas veces por su incapacidad para conducir su propio automóvil estas personas son de las que más sufren viajando en colectivo y son también de las que más hacen sufrir a todos a su alrededor, ni bien suben empiezan una incipiente búsqueda por un lugar libre en el colectivo sin importarle si es de los asientos para discapacitados o el ultimo lugar en el colectivo, ese lugar es para ellas y empujan y desplazan a todo persona para llegar a ellos. También tiende a sufrir por sus joyas en sus viajes en transporte público ya que va abrazada a su cartera como si fuera lo último en el mundo y no permite que ninguna pobre alma de ese colectivo tenga el placer ni de poder mirarle sus joyas.
Vieja Hincha pelotas: Personas mayores que no llegan a la edad para que se les de un asiento pero no son personas jóvenes. Estas personas tienden a ser unas de las más irritantes para viajar y en especial para el conductor que al menor movimiento del manubrio comienza a los gritos provocando la temida ira del colectivero. Estas personas normalmente viajan con muchas bolsas pueden ser carteras, bolsas de supermercado o mochilas, pero siempre son en cantidad...si por alguna razón uno llegase a conseguir un lugar en el colectivo estas personas te lo van a hacer saber que quieren tu lugar, primero se te pararan bien cerca y te miraran fijo, luego comenzarán con una leve tos para llamar tu atención seguido de suspiros de cansancio, y finalmente comenzarán con una los clásicos golpes de cartera buscando las forma de sacarte, primero serán unos leves golpes en la rodilla que hasta a veces son sin querer pero luego irá aumentando el nivel hasta llegar a los violentos golpes al rostro. Si por alguna lamentable razón la vieja está llevando alguna bolsa de supermercado ésta generalmente será alguna fruta o verdura y se encontrara en una baja temperatura y la vieja instintivamente la apoyara en tu rodilla provocando una horrible sensación de escalofríos. Esta clase de pasajeros nunca logró vencerme y espero que nunca lo logre.

No podría olvidar un colectivo en particular en el que radico mi odio y este colectivo es el 42...Tuve la mala suerte de vivir en el barrio de caballito por el cual mi única forma de ir a Ciudad Universitaria fue y será el 42 una de las peores líneas que tuve la mala suerte de usar. Siempre lleno, pero cuando digo lleno me refiero a LLENO, la puerta no cerraba de la gente que había; pasaba cada media hora por lo que si lamentablemente lo llegaba a perder ya sabía que iba a llegar tarde por lo que volvía a mi casa a dormir. Igual yo tengo algo más particular con este colectivo y es algo que ahora lo pienso y me hace sentir raro, nunca le encontré una explicación pero hubo un período de tiempo que habrá durado aproximadamente 3 semanas en el que vomitaba cuando me subía al dichoso colectivo 42, por lo que probablemente todos los que viajaron en algún 42 ese colectivo debe haber sido vomitado por mi, era inexplicable intente no desayunar, desayunar antes, comer mucho, comer poco, comer después pero nada funcionaba parecía que fuera alérgico al colectivo y ya no sabía que hacer, cuando no vomitaba tenía unas nauseas que no podía moverme y sólo pensar en el 42 me daban ganas de vomitar. Fue un período horrible y lo peor era la vergüenza, porque si yo pagué mis 80 centavos (que era lo que costaba el boleto en su momento) ¿por qué me habría de bajar? y por esa razón tenía que ser juzgado justamente por el resto de los pasajeros que, hasta algunos ya se habían acostumbrado a mis clásicos mareos...no me mareaba en ninguna montaña rusa pero no soportaba un viaje en colectivo de una hora y cuarto. Otra razón es que por mi vomito muchas veces el colectivero tendía a parar provocando un retraso que generaba una llegada tarde.
El 42 tiene todo lo que una persona puede odiar cuando viaja en colectivo, el olor, las apoyadas, la tardanza, el tener que viajar parado todo el viaje, y un mal colectivero que todo el tiempo acelera y clava los frenos repetidamente...

Resumiendo, no creo que haya nadie a quien le guste viajar en colectivo y no creo que haya nadie que si pudiera evitar viajar en colectivo no lo haría, por lo que aunque no se pueda boicotearlo, porque lamentablemente por lo mala que es nuestra red de subterráneos nos vemos obligados a utilizarlos, propongo que la gente suba con todavía mas mal humor a los colectivos para hacer de los viajes todavía peores.